China desata una revolución energética: encuentra una fuente inagotable que la hará imparable durante milenios
China desata una revolución energética: encuentra una fuente inagotable que la hará imparable durante milenios
El gigante asiático deja atrás a EE.UU. y Rusia con un hallazgo que podría cambiar el equilibrio de poder mundial
China ha dado un golpe sobre la mesa en la carrera energética global con un descubrimiento que podría reescribir el futuro de la humanidad. En la mina de Bayan Obo, ubicada en la región de Mongolia Interior, científicos chinos han identificado vastas reservas de torio, un elemento químico que podría convertirse en la clave para obtener energía ilimitada durante más de 60.000 años.
Este hallazgo sacude el tablero geopolítico, ya que proporciona a Pekín una alternativa viable a los combustibles fósiles, eliminando su dependencia del petróleo y el gas. Mientras Estados Unidos y Rusia compiten ferozmente por el control de los recursos energéticos del futuro, China se adelanta con una apuesta que podría garantizar su dominio en el siglo XXI.
El ‘Santo Grial’ de la energía limpia
Según el informe de los expertos chinos, las reservas de torio en Bayan Obo están completamente intactas, lo que significa que el país asiático tiene a su disposición una fuente energética sin explotar, con un potencial aún desconocido. Este mineral, 500 veces más abundante que el uranio, podría revolucionar el sector nuclear gracias a la posible implementación de reactores de sales fundidas, una tecnología que, de ser perfeccionada, convertiría a China en la indiscutible superpotencia energética del planeta.
Pero eso no es todo. No solo se ha encontrado torio en Bayan Obo: los geólogos han identificado hasta 233 zonas ricas en este material en todo el país, lo que haría que sus reservas superaran con creces todas las previsiones previas.
Un descubrimiento que llega en el momento más tenso
El impacto de esta revelación trasciende lo científico. En plena batalla por el dominio energético global, la noticia llega justo cuando Estados Unidos buscaba controlar las tierras raras de Ucrania, un movimiento estratégico que se vio truncado tras tensas negociaciones en la Casa Blanca. Mientras tanto, Rusia y China han intensificado sus esfuerzos por avanzar en el desarrollo de tecnologías nucleares de nueva generación.
Con este hallazgo, China podría haberse asegurado un asiento privilegiado en el futuro energético del mundo. La pregunta ahora es: ¿cómo responderán las demás potencias ante el avance arrollador del gigante asiático?