Chicas Bond 007 desnudas para Bond | Agentes de Placer
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Y es que, seamos sinceros, la saga del espía más famoso del mundo nos gusta por los autos que maneja, por los trajes impecables que porta (por cierto, aquí te decimos cómo vestir como James Bond), por toda la adrenalina que encierra cada uno de los filmes de la franquicia, pero también, y no menos importante, por las actrices que han estado involucradas como Bond Girls.

Sinónimo de glamour, sofisticación y unas veces de alta traición, las Chicas Bond también se caracterizan por tener un nombre que, en ocasiones, resulta ser un juego de palabras o un doble sentido. Ahí tenemos, por ejemplo, la inolvidable actriz Honor Blackman que se encargó de personificar a Pussy Galore. También está Plenty O’Toole o Holly Goodhead, por mencionar sólo algunas.

Ya sea como una aliada de James Bond, una femme fatale o una archienemiga, jugando un rol importante en la trama o simplemente como el interés de una noche, el nombre de las actrices que formarán parte de este envidiable escruadrón muchas veces son igual de esperados que el de aquel caballero que se enfundará en los costosos trajes del espía o de quien estará detrás de cámaras.

Pero como sabemos que quieres hacer este recorrido de infarto, no diremos más. De Ursula Andress a Ana de Armas, pasando por Monica Bellucci, la mexicana Stephanie Sigman y hasta Denise Richards (por cierto, ¿qué pasó con esta chica Bond?), aquí las 87 Bond Girls en la historia del 007.

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Especial James Bond #8: Las chicas de 007 (primera parte)

A lo largo de los años vimos como James Bond evolucionaba: con cada cambio de actor la historia modificaba de tono, pero también teníamos una fórmula bien definida: paisajes exóticos, villanos excéntricos y sobre todo mujeres hermosas, mejor conocidas como Chicas Bond.

Las chicas acompañaban al agente, no importaba si eran aliadas, villanas o alguna debía morir, siempre estaban ahí para disputarse el corazón del 007. Al igual que el agente del MI6, su presencia evolucionó a un nivel mayor que el propio Bond. De figuritas a personajes con un enorme peso argumental, llegando incluso a hacer temblar el protagónico del 007.

La etapa de Connery: con el estreno del Dr. No en 1962 tuvimos el debut de Ursula Andress en la piel de Honey Ryder, desfilando en traje de baño; esa breve escena se convertiría en un clásico de la saga de Bond. Siendo una regla aparecer en ropa interior y tener nombres llamativos, muchas veces con connotaciones sexuales.

Este hecho venía de la mano que el Bond de Connery era el clásico macho alfa: las mujeres lo necesitaban a él para resolver sus problemas y parecía que tener relaciones era una forma de pago. No por nada hoy es objeto de crítica, pero también hay que tomar en cuenta el tiempo en el que se estrenó.

Sin embargo, también teníamos a Sylvia Trench (Eunice Gayson), un personaje que se concibió como la novia oficial del 007, siendo una de las pocas en aparecer en la siguiente entrega: De Rusia con amor, una idea que se abandonó y que Bond seguiría sin sentar cabeza en esta etapa.

En aquella entrega tuvimos a Tatiana Romanova (Daniela Bianchi), una agente rusa que se convertiría en aliada y amante de Bond, de gran potencial pero con una ejecución pobre. Algo que pasó también con Pussy Galore (Honor Blackman), un personaje arriesgado por el hecho de ser lesbiana en las novelas. En la película apenas se insinuó esto, aunque no se salvó de que Bond lograra seducirla para realzar su masculinidad.

Sin lugar a dudas, Jill Materson (Shirley Eaton) en Goldfinger fue una de las más memorables de esta etapa al posar pintada de dorado sobre una cama, una imagen que quedaría inmortalizada, incluso sería replicada en la agente Fields (Gemma Arterton) en Quantum of solace.

Cabe destacar que en otros ámbitos la cosa iba igual, incluso en el Superagente 86, la afamada parodia de Bond, teníamos a la 99 (Barbara Feldon), era eficiente, dueña de una gran belleza, con clase pero siempre atada al inepto 86. Hechizada o Mi bella genio seguían la misma línea, no importaba cuánto poder tendrían, la presencia masculina cambiaría.

La serie de Los vengadores equiparaba ello, y de ahí Diana Rigg fue convocada para formar parte de la próxima cinta de Bond: Al servicio secreto de su majestad, que contaba con un ignoto George Lazenby como el héroe con licencia para matar.

Esta entrega requería de estrellas de renombre, un gran avance en el rol de la chica Bond, que hasta entonces no requería de grandes dotes actorales y en muchos casos representaba el debut actoral de modelos. La tarea era sencilla: mostrarse por unos segundos, seducir al agente o morir de forma absurda muchas veces.

En la piel de Teresa “Tracy” Di Vicenzo, Rigg encarnó a un personaje que equiparaba el protagónico del nuevo Bond que, dicho sea de paso, con el cambio de actor, también se buscó darle personalidad y evitar que fuera una imitación de Connery.

Tracy no solo tenía destreza, era inteligente, elegante y atractiva, sino también que se convertiría en un personaje que haría dudar a Bond sobre su carrera como espía, llegando al altar y teniendo un final trágico. Un hecho que no se repetiría hasta años más tarde.

De la promiscuidad a la monogamia

Con la marcha polémica de George Lazenby y el breve regreso de Connery, para una entrega más por compromiso, con Los diamantes son eternos nos encontramos con una de las entregas más débiles en el que las chicas Bond fueron introducidas solo para cubrir su cuota de féminas ligeras de ropa.

La llegada de Roger Moore no sólo trajo la titánica tarea de adaptarse cuan moda surja, sino también que el tono humorístico generaba expectativa en el rol de la chica Bond, cada vez más codiciado, representando para las actrices un enorme prestigio que les abriría puertas para otras producciones.

En Vivir y dejar morir, junto a la Blaxploitation tuvimos a Rosie Carver (Gloria Hendry) siendo inusual que Bond tuviera una amante de color, un hecho que a la fecha tampoco es muy común. Incluso en lo personal, en varias producciones se empareja a los de color sin animarse a una mayor diversidad. Por otro lado, tuvimos a la psíquica Solitaria (Jane Seymour), una chica Bond atípica que optó por no mostrarse sexualizada como había pasado antes.

Durante la década del 70 Roger Moore introdujo mayor humor a su 007, pero también una mayor capacidad de seducción -coincidamos que su etapa fue la más inconsistente en materia de críticas-, aunque las Chicas Bond solían destacarse más durante este período.

Si con Carver y Solitaria tuvimos cambios positivos, Anya Amasova, la agente XXX (Barbara Bach) tuvo un rol destacado en La espía que me amó. No sólo en Bond teníamos un mayor peso en las mujeres, con Los Ángeles de Charlie o La mujer biónica, veíamos que sus protagonistas eran más que una cara bonita, capaces de repartir patadas.

Sin lugar a dudas, Melina Havelock (Carole Bouquet) en Sólo para sus ojos, un personaje con vuelo propio, fue el reflejo de la evolución en las chicas Bond: si bien sus motivaciones eran vengarse de quienes mataron a su familia no recurría al 007 para que la salve, sino que se aliaban por un objetivo común, desafiando también el rol de la damisela en apuros. Esta entrega se vio envuelta en la polémica cuando se reveló que Caroline Cossey, una extra catalogada como chica Bond, era transexual.

Una noticia que causó revuelo en el mundo de Bond, pero también hizo historia.

Luego tuvimos a Bibi Dhal (Lynn Holly-Johnson), quien se convirtió en la única chica queBond rechazó debido a la diferencia de edad entre los actores -Moore contaba con casi 50 años sobre los 16 de la actriz-. Con ello también tendríamos un momento bisagra, Moore envejecía pero no podían hacer lo mismo con las chicas Bond; en cambio se les daría un poco más de desarrollo a los personajes femeninos.

Octopussy fue por lejos una de las más beneficiadas: Maud Adams, quien ya había aparecido en El hombre de la pistola de oro, había tenido un breve rol. Su amistad con Moore la hizo regresar y la química que tenían era magnifica. Con 38 años, la actriz no tenía problemas en compartir momentos románticos con Moore. De ser la villana inicial (cuya importancia se traslada incluso al título) su personaje devino en aliado y brindó grandes escenas de acción.

007 en la mira de los asesinos aportó a May Day (Grace Jones), Stacey Sutton (Tanya Roberts, ex Ángel de Charlie) y Pola Ivanova (Fiona Fullerton) fueron personajes que, con la despedida de Moore y enorme potencial, resultaron desaprovechados.

Con Timothy Dalton, el humor se dejó de lado para centrarse en la acción. Sumado a la aparición del SIDA y buscando personalidad propia, el Bond promiscuo había terminado. El Bond de Dalton no tenía la desesperación de Moore por estar con una chica.

Esto ayudó a construir mejor sus relaciones y reducir drásticamente las chicas Bond que solían ser tres principales por filme. En cuanto a interacciones, el Bond de Dalton las veía como alguien útiles, ya no como objeto sexual, aunque si la situación se daba accedía.

En la etapa Dalton, tuvimos a Caroline Bliss, la nueva Moneypenny, en reemplazo de Lois Maxwell que la había interpretado en los filmes previos. Si bien la versión de Maxwell era más una colega que un interés amoroso, su nueva versión aprovechando que era una actriz más joven sirvió para coquetear con este nuevo Bond.

Por otro lado, Kara Milovi (Maryam d’Abo) -una agente de la KGB- es otro de los personajes con enorme peso. Para su secuela, tuvimos a Lupe Lamora (Talisa Soto), la primera chica Bond latina, producto de una trama ambientada en México. En mi opinión, en esta entrega que el agente terminara con la chica me pareció forzado debido al enfoque de acción predominante.

Con el prematuro final de Dalton con la saga de Bond y con el agente en un letargo de seis años, ahora el próximo agente y enfoque estaba más cerca de lo que imaginaban…

Especial James Bond #9: Las chicas de 007 (segunda parte)

Hasta ahora vimos como las chicas Bond ganaban terreno, pero sus participaciones fluctuaban entre personajes con gran desarrollo o que sólo estaban para mostrarse en ropa interior.

A mediados de los 90s quedó confirmado Pierce Brosnan como el nuevo Bond, aunque el actor ya estaba en la mira desde la participación de su entonces esposa, Cassandra Harris (1942-1991), como la Condesa Lils Von Schalf en Sólo para sus ojos (1981).

Este cambio vendría acompañado también de una actualización urgente de Bond post Guerra Fría y caída del muro de Berlín que sería gestionado férreamente por una Barbara Broccoli cuyo control sobre la saga terminaría siendo absoluto.

Uno de los primeros movimientos de este seudo reinicio fue la inclusión de Judi Dench como M, la jefa de Bond. Una idea que ya se venía amasando desde la etapa Dalton, acá tendríamos el nuevo tono con respecto al trato de las chicas. Su dinámica con el flamante Bond era también uno de los elementos característicos que ahora se sumarían a la saga, una especie de batalla de sexos.

Si antes pasaron de figuras decorativas (incluso poniendo el cuerpo literalmente como el caso de Rider o Romanova, que sus voces eran dobladas) a aliadas que necesitaban al 007 para alguna de sus misiones, ahora se lo ordenaban, lo cuestionaban; en otras palabras, tenían voz propia: la chica Bond sumisa había llegado a su fin.

La etapa de Brosnan se convertiría en una de las más consistentes en materia chica Bond, no faltaba alguna que siempre resultaría afectada por su trato, pero finalmente tendríamos chicas que eran más que una cara bonita.

Goldeneye (1995) nos presentó a Xenia Onatopp (Famke Janssen), una mujer totalmente encantadora que, pese a su imagen sensual, no terminó por encamarse con el 007. Un mensaje claro que parecería decir “aunque luzca sexy y seas James Bond, no busco sexo”.

Wai Lin (Michelle Yeoh) se presentó como una Bond femenina, en El mañana nunca muere (1997), una clara influencia de Nikita a mi parecer; sin embargo, Paris Carver (Teri Hatcher) fue el personaje más perjudicado ya que parecía remitir a las chicas Bond que solo estaban en la historia para mostrarse y morir.

Con El mundo no basta (1999) tuvimos a Elektra King (Sophie Marceau) un personaje con grandes giros, que jugó con la dinámica de la trinidad de chicas Bond, combinándolas de damisela a villana y finalmente muriendo a manos de James Bond, así como leen.

Pero nada de esto se comparó con El mañana nunca muere (2002) cuando Halle Berry en la piel de Jynx Johnson, un personaje con intenciones de tener su propio spin-off pero que el fracaso de la cinta tiró los planes por la borda. De todos modos, su escena en traje de baño es una de las mas recordadas.

La consolidación

Si vimos como las chicas Bond se la hacían difícil a Brosnan, Eva Green llegaría para meterse en la piel de Vesper Lynd y seducir al Bond de Daniel Craig en Casino Royale (2006), un reinicio del 007 que tendría una nueva continuidad.

Vesper era más que la atracción de Bond, su vínculo fue mucho más trabajado y además de remitirnos al filme Al servicio secreto de su majestad (1969), dejaría huella en esta saga que tendría un correlato en las entregas posteriores.

Quantum of Solace (2008) trabajó ese conflicto, por primera vez veíamos cómo reaccionaba Bond con la pérdida de un amor; el resultado: volverse más frio en cuanto a relaciones, pero también canalizando su dolor con adrenalina, o bebiendo e incluso estando con otras mujeres. Pero también el Vesper, su bebida favorita, ahora tenía un nuevo valor emocional.

No fue hasta en Skyfall (2012) que pudo sanar sus heridas, aunque siempre la llevaría en su corazón, pero también el conflicto tendría uno de sus ejes en la relación de Bond y M (Judi Dench), no amorosa sino más bien maternal, que renovaría el dolor de perder alguien.

Así como esta etapa nos presenta a un Bond más melancólico, también nos da chicas Bond con más desarrollo. Spectre (2015) fue mucho más que una entrega que había hecho historia como una de las más caras, también nos cuestionaría el rótulo chica a mujer Bond. Allí también tuvimos a la chica Bond de mayor edad, siendo Lucia Sciarra (Monica Belucci) con 51 años, pero fue Madeleine Swann (Léa Seydoux) la que llegó para hacerle a Bond volver a creer en el amor y con ello no sólo el agente sentaría cabeza sino que por primera vez en años, volveríamos a ver a Madeleine en la siguiente entrega de manera física, teniendo un enorme peso, llegando a darle incluso una hija.

Con Sin tiempo para morir (2021), no sólo tendríamos la despedida definitiva de Craig como Bond, sino también que realmente se llegó a temer, sobre todo para los fans, que Bond podría continuar esta vez con una mujer como protagonista. Nomi (Lashana Lynch) fue la encargada de portar el 007, consecuencia argumental tras la renuncia de Bond al MI6, sumado a Paloma (Ana de Armas) que también funcionó como experimento: en resumen, la saga podría quedar en buenas manos.

El final de la etapa Craig dejó como saldo una gran emotividad y dejó el lugar de la mujer en una posición altísima que evolucionó más que el propio personaje a lo largo de 60 años.

Aunque el rol del 007 quedó vacante y pese a la especulación de que James Bond podría ser interpretado por una mujer (no era la primera vez que se había barajado), finalmente Barbara Broccoli echó por tierra esa idea. Aunque está más que claro que las chicas no tienen nada que envidiarle.

Con la expectativa sobre qué actor podría ser el siguiente aún en el aire, lo cierto es que las chicas Bond ya no van a estar ahí para servirle al agente, sino para trabajar codo a codo en sus misiones e incluso darle órdenes.

El término “chica Bond” ha sido durante mucho tiempo tanto un honor como una carga , una amalgama de juegos de la vieja escuela y un giro de estrella que impulsa la carrera , pero seamos realistas: el canon 007 sería mucho menos interesante sin el grupo de chicas de James Bond.

Desde la Dra. No’s Ursula Andress aSpectre’s Lea Seydoux, cada belleza Bond es una visión bonafide a una emoción (ver lo que hicimos allí?) Así que adelante y haga clic en estos 17 Bond-shells, se lo merece.

Ranking con las Chicas Bond más explosivas que han pasado por la franquicia del agente con licencia para matar.
El Gobierno británico se enfrenta a una nueva amenaza que podría acabar con la paz y la seguridad de todo el planeta. Para obtener la información necesaria y desactivar los planes terroristas pondrán a prueba al conflictivo y desobediente Agente Bond. Con su estilo único entre Martinis, mujeres, persecuciones, y mucha acción, tratará de salvar a su país y no morir en el intento. ¿Cuáles son las mejores Chicas Bond?

No cabe duda de que uno de los grandes atractivos de las películas de 007 es saber quién va a ser la chica Bond en esa entrega, casi tanto como quién será el actor que dará vida al agente. Hoy nos gustaría hacer una lista con algunas de las mejores chicas Bond, ¿a cuál pondrías tú en primer lugar?.

Las llamadas chicas Bond siempre tienen una gran belleza, un gran atractivo, y no siempre terminan bien paradas en la película. Y es que estar al lado de James Bond es todo un peligro ya que hay muchos malos que quieren matarlo.

Ranking de las mejores chicas Bond hasta la fecha. Si en algo se caracteriza la saga 007 es por la belleza de sus féminas, por lo que Passionatte y Cinematte no podían ausentarse de dejaros la videlista de lo que consideramos como las más sexy, explosivas y eróticas mujeres Bond hasta la fecha. Como vemos, la lista está llena de mujeres explosivas, pero no hemos podido resistirnos a colocar como número 1 a nuestra amada Vesper by Eva Green.