EA, los trabajadores se arruinan, los CEO se enriquecen
Andrew Wilson se enriquece mientras los salarios en EA se desploman: la brecha crece en plena era del recorte
La industria del videojuego vuelve a asomarse al abismo de sus contradicciones. Electronic Arts, gigante histórico del entretenimiento digital, no solo planea despedir al 5% de su plantilla global este año, sino que ahora se confirma un dato que arroja más sombras sobre su gestión: su director ejecutivo, Andrew Wilson, ha recibido este año 5 millones de dólares adicionales a su ya abultada remuneración, según revela el último informe Proxy presentado por la empresa.
Este aumento en la cúpula directiva contrasta de forma hiriente con el deterioro del salario mediano entre sus empleados. En cifras:
- En 2024, el sueldo mediano de los trabajadores a tiempo completo en EA fue de 117.000 dólares, una caída brusca frente a los 149.000 dólares reportados en 2023.
- La compañía utiliza la mediana —el punto medio de todos los salarios— y no la media aritmética, una elección que puede disimular desigualdades extremas en los extremos de la escala salarial.
- EA asegura haber utilizado «el mismo empleado de referencia» para establecer la comparación de compensación entre Wilson y su plantilla en 2023 y 2024, pero no ha ofrecido explicación alguna sobre la fuerte caída reportada en 2025.
- La remuneración total incluye bonificaciones y paquetes de acciones, lo que introduce cierta variabilidad, pero no justifica por sí solo una brecha de esta magnitud.
El resultado: mientras una parte significativa de los trabajadores ve cómo sus condiciones materiales empeoran en un clima de despidos y reajustes, el CEO de la compañía se embolsa un total de 39 millones de dólares, según detalla el informe. Un gráfico incluido en el documento ilustra con crudeza esta desigualdad, como si pusiera en pantalla la versión corporativa de un “final boss” inaccesible.
La polémica vuelve a encenderse en torno al reparto de recursos dentro de las grandes empresas tecnológicas y del videojuego, donde el discurso de la eficiencia y el recorte parece no aplicarse a los altos mandos. A la espera de nuevas declaraciones por parte de EA o su consejo de administración, el debate sobre la justicia salarial en el sector vuelve a ocupar el centro del tablero.
Mientras tanto, miles de empleados miran hacia arriba desde el sótano de los recortes, preguntándose si la industria que ellos ayudaron a construir todavía les pertenece.