Lollipop Chainsaw o el sexy videojuego de culto y de Suda
LOLLIPOP CHAINSAW
Agujetas de color de rosa
Antes de nada, decir que soy un fan absoluto de la obra de Suda 51, siendo quizĆ”s, de los pocos autores que me han aportado una experiencia inmersiva en el videojuego distinta a lo que se nos tiene acostumbrados, probablemente la culpa la tenga su toque metatextual al propio medio, o su exagerado desenfado, quizĆ”s sea la amalgama de referencias cinematogrĆ”ficas, da igual. El caso es que tenemos nuevo juego suyo y hay que celebrarlo, Lollipop Chainsaw ya estĆ” en nuestras tiendas, asĆ que muy objetivo no voy a ser aunque lo intentarĆ©, por lo queā¦Ā”A matar zombis se ha dicho!

Muy probablemente, y despuĆ©s de habernos pasado el juego, si le preguntarĆ”mos a cien personas lo que mĆ”s les gustĆ³ de Lollipop Chainsaw, obtendrĆamos cien respuestas diferentes, y lo mĆ”s cachondo del asunto, exactamente ninguno de esas personas dirĆa nada sobre la jugabilidad. QuizĆ”s oigamos respuestas sobre su estilo a lo grindhouse, sobre el toque de comedia gamberra, la sorprendente vulgaridad de su guiĆ³n o su mĆ”s que notable banda sonora de rock ān roll. Pero ninguna de las respuestas serĆa del estilo: Ā”Oh, sĆ, el combate supera a cualquier hack ānā slash, es muy divertido! Ni de coƱa. Esta es la lucha que mantiene dividida a la prensa y el pĆŗblico sobre el tĆtulo del excĆ©ntrico Suda 51, es decir, es una experiencia Ćŗnica en su tipoāaĆŗn teniendo No More Heroes en el currĆculumā, un juego tan valiente como lo es de inolvidable, pero se revela tan estĆ©ril y parco en su jugabilidad como los juegos de acciĆ³n que faltan aĆŗn por venir.
Sin embargo, pocos juegos pueden establecer un tono tan firme y rĆ”pidamente como Ć©ste. Desde su principio engancha por otros motivos que no son los que comĆŗnmente suelen enganchar, y cuando ya lo estĆ”s, aĆŗn menos estarĆ”s dispuesto a abandonar semejante bizarrada. En los primeros cinco minutos, una rubia voluptuosaāJulietāya te da una sensual bienvenida con una escenita de ducha y el vapor marcĆ”ndose en el cristal antes de la consabida matanza de zombies en su escuela de secundaria. Siendo analĆticos de arriba a abajo, Lollipop Chainsaw es consciente de sĆ mismo y estĆŗpido por completo. QuĆ© coƱo, se divierte a sĆ mismo y estĆ” orgulloso de ser lo que es, y eso es de agradecer. El gamberreo en el juego es tan frecuente como la insinuaciĆ³n y el absurdo que acompaƱa a nuestra protagonista, esto es, su universo escolar, logra ser tan entraƱable como el de Travis Touchdown en No More Heroes, por ejemplo.

La sensual Juliet Starling…
QuizĆ”s uno de los problemas de Lollipop Chainsaw es que puede abarcar hasta la extenuaciĆ³n el hecho de burlarse de sĆ mismo, cosa que no todo el pĆŗblico estĆ” dispuesto a soportar, yo sĆ porque estoy loco, je. Todo es excesivamente violento, con una sexualidad palpable en cada fotograma, y si a eso le sumamos que Suda 51 ha creado un purĆ© de purpurina, brillos y arco iris, podemos decir que vaya pastiche mĆ”s curiosote. TemĆ”ticamente, es una mezcla extraƱa, divertida. En algĆŗn momento, no obstante, la explotaciĆ³n excesiva de los encantos de la damisela llega a veces a unos lĆmites donde la parodia ya no es la que comenzĆ³ sin mĆ”s. Por casi cada zombie que Juliet Starling decapita con su motosierra, tenemos que aguantar comentarios de un estilo un tanto obsceno, que mĆ”s que violento, es una meada fuera de tiesto bastante sexista, y eso que soy demasiado tolerante tanto en cine como en videojuegos con este tipo de cosas. El caso es que el lenguaje de su guiĆ³n, con el tiempo llega a un punto donde ya no contribuye a nada, lo que se traduce en que el jugador a veces se siente en un bucle continuo de burradas sin lĆmites, completamente gratuito.

La vulgaridad de la propuesta es divertida al principio, pero crece de manera exponencial en su desarrollo hasta rozar lo molesto. Unas horas mĆ”s en la historiaācuyo juego es de entre 5/6 horasā,ya estaba un tanto harto de oĆr a nadie decir nada en el sentido mĆ”s literalāa excepciĆ³n de Nick, el novio de Juliet. Por supuesto, el hombre no puede hacer mucho mĆ”s que dar una nota de color con sus comentarios, ya que no es mĆ”s que una cabeza sin cuerpo atado a la cintura de Juliet, quĆ© desgracia. O no. Jum, jum. Lo mejor de este personajes es que es un obtuso, incapaz de aportar mucho, tan sĆ³lo le salen de su boca bromas ingeniosas. De hecho, sus burlas son una constante en Lollipop Chainsaw. Casi todas las palabras de la boca de Nick me hicieron reĆr en voz alta porque sus lĆneas de diĆ”logo son medianamente decentes en comparaciĆ³n con el resto. Ambos protagonistas se compenetran al dedillo, Juliet es una rubia tonta estĆŗpida, inconsciente y encima es animadora, y Nick es un frustrado, miedoso, impaciente, y el tĆpico guaperas de instituto capaz de lidiar con semejante belleza.

En la lucha, Juliet utiliza pompones, una motosierra, una pistola gigante y, a veces, la cabeza de su novio atada en el extremo del cinturĆ³n de la chavala. Suena como un arsenal listo para la diversiĆ³n sin fin, pero la triste realidad es que es un proceso lento de cojones, nada que ver con un Bayonetta. Los movimientos bĆ”sicos de Juliet no fluyen juntos hasta el final del juego, cuando estĆ”n desbloqueados todos los combos bĆ”sicos, que deberĆan estar desde el principio. Como resultado de esto, la chica se mueve con torpeza, y una de las lacras es que tiene que terminar una animaciĆ³n antes de atacar de nuevo y eso, sinceramente, no es muy eficaz para una gran parte de la campaƱa. Es una metedura de pata acojonante.
Nick y su novia Juliet, tal para cual.
En cuanto a los enemigos, el mayor problema es que ninguno es particularmente peligroso o diferente. Algunos tienen mĆ”s salud. Otros pueden explotar si no los matas rĆ”pidamente. En resumen, son sĆ³lo el forraje para que se llene el contador antes de pasar a la batalla en la arena, sin inspiraciĆ³n alguna. Como tambiĆ©n es forraje las partes donde manejamos a las hermanas de Juliet, con la Ćŗnica pretensiĆ³n de hacer mĆ”s variado el juego. Es aquĆ, en su jugabilidad, cuando Lollipop Chainsaw se revela estĆ©ril, vacĆo de contenido, tal y como decĆa al principio. Y los mini-juegos no aportan gran cosa a ese vacĆo sino un recurrente onanismo metatextual como en toda obra de Suda 51 que, aunque a mi me hacen gracia, en lĆneas generales estĆ”n metidos con calzador, como casi todo. Los jefes son otro punto insuficiente: son tradicionales y con patrones previsibles.

En definitiva, Lollipop Chainsaw ni siquiera trata de diferenciarse del gĆ©nero, tan sĆ³lo en lo referente a estĆ©tica (y ni aĆŗn asĆ) y la mayor parte de lo que se intenta hacer nuevo en lo referente al Ć”mbito de sus personajes y la escritura del guiĆ³n en Ćŗltima instancia, acaba por alejarse de lo que en teorĆa prometĆa. Pero a pesar de que mi anĆ”lisis parezca el de un juego decepcionante, yo soy de los pocos flipados que lo han disfrutado de principio a fin. Me encanta, aunque Suda 51 debe investigar mĆ”s en el aspecto jugable, que es el Ćŗnico fantasma que le persigue en todos sus juegos.