50 años de erotismo en el cine español
El análisis de 50 años de erotismo en el cine español, abarcando desde el ocaso del franquismo a mediados de los años 70 hasta la actualidad, revela una crónica fascinante de la liberación cultural y los cambios sociales de España. Este arco temporal es un crisol donde el tabú se disolvió en la pantalla, el cuerpo se liberó de la censura y el erotismo transitó de la mera explotación picaresca a la complejidad autoral y la reflexión estética.
La Transición y el ‘Destape’: Erupción de la Carne (1975-1985)
El cine erótico español de la Transición (c. 1975-1985) está intrínsecamente ligado a la abolición de la censura franquista. Tras décadas de represión moral, la desaparición del organismo censor en 1977 desató una necesidad catártica de mostrar el cuerpo y el sexo sin velos. Este fenómeno es conocido como el «cine del destape».





Naturaleza y Función
El destape no fue primariamente un movimiento artístico, sino un fenómeno sociológico y económico. Funcionó como un espejo de la libertad recién adquirida y se convirtió en una inmensa máquina de hacer taquilla. Las películas, a menudo de baja calidad técnica y narrativa, se centraban en la exhibición explícita, o al menos implícita para la época, de la anatomía femenina (y en menor medida, la masculina).
- Picaresca y Comedia: Predominó un tono de comedia picaresca y sexy que, si bien trivializaba el erotismo, cumplió una función desinhibidora en la sociedad. Directores como Mariano Ozores explotaron este filón con comedias ligeras.
- Las Musas del Destape: Actrices como Nadiuska, Susana Estrada o Ágata Lys se convirtieron en iconos de esta liberación, aunque su exposición a menudo fue a costa de su propia trayectoria artística, quedando encasilladas.



- La Brecha Autoral: Sin embargo, cineastas con una visión más profunda, como Vicente Aranda (La muchacha de las bragas de oro, 1979) o José Ramón Larraz (El mirón, 1977), utilizaron el nuevo clima de libertad para explorar el erotismo con una mirada más psicológica y a veces sórdida, trascendiendo la mera picaresca. Un hito importante fue La trastienda (1976) de Jorge Grau, que ya en el pre-destape se atrevió con una escena de sexo simulado que conmocionó al país.
El Erotismo Autoral y la Exploración de la Identidad (1985-2000)
Con la consolidación de la democracia y la normalización del desnudo en pantalla, la necesidad catártica del destape se agotó. El erotismo se integró en narrativas más complejas, convirtiéndose en un vehículo para la exploración psicológica, la identidad y las pasiones humanas.
La Explosión de Almodóvar
El cine de Pedro Almodóvar irrumpió con una visión radicalmente nueva, utilizando el sexo y el erotismo como elementos constitutivos de la identidad y la subversión social. Sus primeras películas como Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980) abrazaron una sexualidad irreverente, queer y desinhibida, liberando el erotismo de los clichés del destape y conectándolo con la estética punk y la Movida Madrileña.
La Trilogía de Bigas Luna y el Erotismo Mediterráneo
Bigas Luna marcó una época con su «Trilogía Ibérica»: Jamón, Jamón (1992), Huevos de Oro (1993) y La Teta y la Luna (1994). Su cine se caracteriza por un erotismo telúrico, carnal y muy español, donde la comida, la geografía y los instintos primarios se funden. Su mirada es a menudo irónica y barroca, utilizando el cuerpo y el deseo como metáforas de la ambición, la masculinidad tóxica y la pasión desmedida.

La Mirada de Aranda y Medem
Vicente Aranda continuó su exploración del deseo con filmes como Amantes (1991), una intensa crónica de un ménage à trois marcado por la sordidez y la fatalidad. Por otro lado, Julio Medem aportó una sensibilidad más onírica y poética, como en Lucía y el sexo (2001), donde el erotismo es un componente esencial de una búsqueda existencial, integrando la fantasía y la realidad en un paisaje visual de gran belleza.
La Fragmentación y la Estilización en el Siglo XXI (2000-Actualidad)
La primera parte del siglo XXI ha visto una diversificación del erotismo en el cine español, marcada por la estilización, la naturalidad y la influencia de la pornografía y el debate sobre el consentimiento y el género.
El Deseo en la Sociedad Contemporánea
El cine español contemporáneo tiende a integrar el erotismo de forma más naturalizada en las tramas, reflejando una sociedad que ha asimilado la libertad sexual. El foco se desplaza hacia:
- La Intimidad y la Fragilidad: Películas como AzulOscuroCasiNegro (2006) o las más recientes de directoras como Clara Roquet abordan la sexualidad desde la intimidad y las complejidades emocionales, lejos de la grandilocuencia del destape.
- La Exploración del Género: Directores y directoras se adentran en la sexualidad queer con mayor visibilidad y profundidad, como en la filmografía de Javier Calvo y Javier Ambrossi («Los Javis»), donde el deseo LGTBIQ+ es central y orgánico.
- La Estilización y el Thriller: El erotismo sigue siendo un motor narrativo en géneros como el thriller o el drama psicológico. Películas como La piel que habito (2011) de Almodóvar, utilizan el cuerpo y el deseo manipulado como pilares de una trama de venganza y transformación, con una estética pulcra y sofisticada que contrasta con la crudeza de épocas anteriores.

El Erotismo y la Plataforma
La aparición de las plataformas de streaming ha cambiado la forma de consumir el erotismo. Las series y películas producidas para estos medios suelen buscar una estética cuidada y un ritmo rápido, a menudo atrayendo a audiencias globales. Esto ha generado una homogeneización, pero también ha permitido explorar temas como las nuevas formas de relación, el poliamor o la sexualidad en la vejez, con un enfoque más directo y menos metafórico.
En resumen, los 50 años de erotismo en el cine español son un termómetro de la metamorfosis de la sociedad ibérica. El viaje va del cuerpo prohibido al cuerpo libre, de la explotación burda a la expresión artística sofisticada. El erotismo ha pasado de ser un acto de desobediencia y un negocio taquillero (destape) a ser un elemento estructural del drama, la identidad y la reflexión autoral, un espejo de las complejidades del deseo humano en la España moderna.