Los vídeos más calientes de Pornhub ahora mismo no son eróticos: son cursos de álgebra y tutoriales de programación
El teorema del deseo: cómo Pornhub se ha convertido en una inusitada aula de matemáticas y ciencia
En los rincones más insospechados de internet, a veces florecen las paradojas más brillantes. Pornhub, bastión global del contenido para adultos y símbolo digital de la pulsión, ha comenzado a dibujar una ecuación inesperada: sexo + saber = audiencia multiplicada. Entre orgasmos fingidos y travesuras explícitas, emergen —con toda la dignidad de un profesor de Oxford frente al encerado— clases de álgebra, tutoriales sobre redes neuronales y lecciones de programación avanzada. ¿Se ha vuelto loco el algoritmo? ¿O estamos, quizás, ante un nuevo Renacimiento, nacido en la última taberna de la cultura de masas?
Matemáticas entre jadeos: el caso de Changhsu
Todo comenzó con un matemático taiwanés de 34 años, conocido en la red como Changhsu, quien decidió utilizar la plataforma no para desnudarse, sino para desnudar ecuaciones diferenciales. Con más de 200 vídeos didácticos en chino y una audiencia fiel que le ha permitido ingresar más de 250.000 dólares al año, Changhsu ha convertido su canal en una biblioteca improbable: un templo del cálculo integral en medio del carnaval de los cuerpos.
Pero su caso, aunque notable, no es el más llamativo.
Zara Dar: erotismo y ecuaciones
Entra en escena Zara Dar, modelo erótica con presencia destacada en OnlyFans, quien ha optado por dejar a un lado las seducciones explícitas para ofrecer en Pornhub clases de aprendizaje automático. Sus vídeos, titulados con sugerente sobriedad ¿Qué es una función de pérdida? o ¿Qué es una función convexa?, acumulan decenas de miles de visitas. Algunos incluso rebasan las 350.000. ¿Su secreto? Un hábil juego de contrastes: mientras el espectador espera fricción carnal, se encuentra con fricción de vectores. La sorpresa es tan potente que resulta irresistible.
Zara misma confesó en entrevista con 404Media que el éxito podría radicar en ese disloque emocional: su contenido, aunque completamente “seguro para el trabajo” (en lo visual), está incrustado en un contexto que no lo es. Este efecto de choque no sólo capta la atención, sino que resignifica el espacio. Ya no se trata de “lo que esperas ver”, sino de lo que no sabías que podías aprender.
¿Por qué Pornhub?
La pregunta flota como una ecuación sin resolver: ¿por qué optar por Pornhub y no por YouTube, donde los contenidos educativos son la norma? La respuesta, según Changhsu, es simple y provocadora: audiencia. Pornhub recibe más de 100 millones de visitas al día, un océano de ojos errantes con los que ninguna plataforma educativa puede competir. Y en ese mar digital, un tutorial sobre derivadas puede, sorpresivamente, brillar más que un striptease.
Además, está la cuestión de las restricciones: Pornhub, en su deseo de evitar polémicas de censura, ha optado por no poner cortapisas a este tipo de contenidos. No hay algoritmos puritanos, ni burbujas de filtro que encajen al creador en un nicho; hay libertad. Y esa libertad, dice mucho del estado actual de las grandes plataformas, donde los límites del algoritmo a menudo limitan también la imaginación.
La pedagogía de la disonancia
Lo más fascinante de esta tendencia es su carga subversiva. Como señala el propio Changhsu, lo importante es el choque brutal entre la expectativa y la realidad. El visitante de Pornhub busca una cosa y encuentra otra: conocimiento. Esta disrupción genera una pregunta casi filosófica: ¿por qué asumimos que la educación debe estar confinada a lo “serio”, a lo “formativo”, a lo “apropiado”? ¿No es más revolucionario enseñar cálculo en medio del caos erótico?
La ruptura de las normas tradicionales de transmisión del saber, en este contexto, no sólo es efectiva: es poética. En lugar de ir a donde ya están los alumnos dóciles, algunos educadores deciden irrumpir donde nadie los espera, donde el deseo manda, para colar, entre gemidos, una integral definida.
Una cultura paralela
Este fenómeno no es aislado. Existe una subcultura segura (SFW) en Pornhub que desafía las normas del medio: gameplays de Minecraft, entrevistas sin erotismo con actrices porno, fetiches visuales sin desnudez, parodias conceptuales con títulos libidinosos que esconden sátira o reflexión. Muchos de estos contenidos, sin embargo, fueron eliminados cuando la plataforma modificó sus políticas y borró más de 10 millones de vídeos de usuarios no verificados, en un esfuerzo por erradicar material ilegal. La limpieza fue comprensible… pero dejó en el camino una de las ironías más deliciosas de la era digital.
Epílogo: entre la lujuria y la lógica
Lo que estamos presenciando no es una anécdota pasajera, sino una fisura cultural. En un mundo donde todo parece encasillado, etiquetado, segmentado, hay quienes se atreven a cruzar los cables. Y si para acceder al saber es necesario disfrazarlo de tabú, que así sea.
Porque quizás la más hermosa fórmula del siglo XXI no se encuentre en un aula ni en una TED Talk, sino en un vídeo llamado “Descenso de gradiente”, escondido entre orgasmos fingidos, esperando a un navegante curioso que, entre el placer y la sorpresa, termine aprendiendo que el conocimiento también puede ser sexy.
