¡Vuelve el vaquero! Quentin Tarantino Cuelga la Claqueta para Desempolvar el Foco
El gran alquimista del cine pulp, el tipo que elevó la Serie B (del blaxploitation al spaghetti western) al Olimpo de la cultura pop, tiene una sorpresa. Justo cuando pensábamos que la retirada de la dirección con la cancelación de su décima, y supuestamente última, película, The Movie Critic, marcaba un punto final definitivo, Quentin Tarantino decide que el espectáculo debe continuar… pero desde el otro lado del objetivo.
30 años después de su memorable e inolvidable —y sangriento— papel coprotagonista en Abierto hasta el amanecer (1996), el maestro vuelve a enfundarse el traje de actor. Sí, el mismo que nos regaló cameos relámpago e icónicos en sus propias obras (Pulp Fiction, Reservoir Dogs), regresa a un papel principal de peso.
El escenario es Only What We Carry, un drama tranquilo, muy alejado de sus habituales baños de sangre y diálogos chispeantes, ambientado en Francia. Dirigida por Jamie Adams, un realizador británico que lo describe como una «película al estilo de Eric Rohmer en Normandía» (¡una referencia exquisita y totalmente inesperada para un proyecto de Tarantino!), la cinta es una reflexión sobre el amor y la valentía tras la pérdida.

A sus 62 años, Tarantino interpretará a John Percy, un viejo amigo del protagonista (Simon Pegg), cuya llegada inesperada destapa secretos de esos que a Tarantino tanto le gusta desenterrar, aunque esta vez lo haga con un tono más dramático y sutil.
«Ha sido un sueño para mí hacer una película al estilo de Eric Rohmer en Normandía…»— Jamie Adams, director.
El reparto es un festín internacional (Simon Pegg, Sofia Boutella desnuda, Charlotte Gainsbourg), pero todas las miradas se posan en el guionista-director devenido actor.
Tras anunciar que la cuenta de sus películas dirigidas se congelaba en nueve, este movimiento marca no un retiro, sino una metamorfosis. Tarantino, el narrador, el showman, demuestra que, aunque haya decidido dejar de manejar el tren, todavía está dispuesto a ser uno de sus pasajeros estrella. Y lo que queda claro es que, ya sea con una claqueta en mano o una línea de diálogo en la boca, el californiano siempre estará en el centro del huracán cinematográfico.



