El cgi y la pared verde: la alquimia invisible del cine contemporáneo
En el corazón del cine actual, donde las epopeyas históricas y las fantasías imposibles se sienten palpables, la técnica del CGI combinado con pared verde se ha convertido en una herramienta indispensable. Un reciente video de los efectos visuales de El Conde de Montecristo expone con claridad esta magia moderna: el primer plano —los actores, su gestualidad, incluso parte del decorado tangible— se filma en escenarios reales, con luz natural y texturas auténticas.

Pero más allá, el mundo entero se reinventa. Todo el fondo, las arquitecturas imposibles o los horizontes que evocan un siglo lejano, se construyen digitalmente. Esta estrategia evita la sensación plana o artificial que produciría un entorno generado en su totalidad por ordenador. En lugar de arruinar la ilusión, la pared verde actúa como puente entre lo concreto y lo imaginario, fusionando realidad y fantasía en un mismo latido visual.
El resultado es un cine que emana verdad en primer plano y sueña en el horizonte: una alquimia invisible que sostiene la grandeza estética de nuestro tiempo. Siempre y cuando, no se les vaya de las manos…