Las axilas velludas de Rosalía: estética, rebeldía y diálogo cultural

Rosalía, la artista que ha tejido su mito entre flamenco, futurismo y provocación estética, ha vuelto a encender el debate público con una decisión estética que rompe moldes: teñirse el vello de las axilas de blanco. Lo hizo durante su aparición en la Semana de la Moda de París, en el desfile de Julie Kegels, luciendo un conjunto blanco y negro, top halter y falda pareo, un look atrevido y muy pensado.


Rosalia-1-560x1024 Las axilas velludas de Rosalía: estética, rebeldía y diálogo cultural

¿Por qué importa un detalle corporal?

Algunos lo verán como una excentricidad más, pero detrás del blanco del vello axilar de Rosalía se juega mucho más que una mera apuesta de estilo:

  • Desafío a los cánones de belleza convencionales. En una sociedad que ha enseñado que el cuerpo femenino debe ser lo más “liso” posible —tanto en piel como en vello—, teñirse los pelos de la axila es una declaración: que el vello existe, que puede mostrarse, que puede embellecerse, que puede iluminarse con colores no convencionales.
  • Política de la visibilidad. Rosalía convierte algo íntimo, algo que muchas personas ocultan o retocan en privado, en espectáculo público. No lo hace para “molestar” (aunque molesta, por supuesto), sino para empujar los límites de lo aceptado, para invitar al público a mirar distinto.
  • Humor, ironía y poder propio. Cuando una persona le preguntó “¿Y cuesta quitarse los pelos de las axilas?”, Rosalía respondió: “Sí, pero aún cuesta más teñirlos, así que de nada por el servicio.” Esa frase resume el humor desafiante de quien controla su imagen, sabe que irrita, que suscita reacciones, y aun así decide.
SHOT_02_090_FINAL-849x1024 Las axilas velludas de Rosalía: estética, rebeldía y diálogo cultural

Las reacciones: reflejos de nuestras tensiones culturales

No faltaron las críticas: mensajes que mezclan repulsión estética (“eso da asco”, “qué moderno ridículo”), sorpresa, incomodidad… Pero también los aplausos, la admiración, la empatía. Que Rosalía provoque ambos polos no es casualidad, es inherente al gesto.

Algunos elementos que han emergido en la conversación:

  • El doble rasero: se suele juzgar más duramente a las mujeres que a los hombres por su vello corporal. Lo natural de unos cuerpos resulta escandaloso si es femenino.
  • La higiene y la estética como valores sociales moralizados: se liga lo “limpio”, lo aceptado, lo bello con la ausencia de vello, aunque eso sea culturalmente construido.
  • El papel de las redes sociales como tribunal: Rosalía sabe que su gesto será fotografiado, viralizado, comentado, criticado. Pero también sabe que es parte del valor simbólico.

SnapInsta.to_555761728_17924281323147149_8736354775315674051_n-828x1024 Las axilas velludas de Rosalía: estética, rebeldía y diálogo cultural

¿Tendencia pasajera o cambio arraigado?

Algunas preguntas que quedan flotando:

  1. ¿Convertirá Rosalía esto en moda popular? Ya hay medios que sugieren que la decoloración de axila podría no tardar en verse en calles, revistas de moda y pasarelas mediáticas.
  2. ¿Será acompañada de discursos más amplios sobre el vello corporal, la libertad estética, la autoaceptación? El gesto tiene más impacto si no queda solo en lo visual, sino que inspira reflexión.
  3. ¿Cómo cambiarán las normas sociales en torno al cuerpo femenino si gestos como este se hacen frecuentes? ¿Menos vergüenza? ¿Más variedad aceptada?

Conclusión poética

El vello de las axilas de Rosalía desnuda, teñido de blanco, es como un verso breve en un poema visual: parecen pocos trazos, pero hablan del todo. Hablan de quién decide sobre su cuerpo, de cuáles son los márgenes de lo que “se permite”, de cómo la belleza —esa poderosa conjunción de lo visto, lo deseado, lo establecido— puede reescribirse con un detalle que algunos consideran provocador, otros irreverente, pero que parece indispensable para avanzar.

Porque quizá no se trata de las axilas, sino de la libertad. De las pequeñas rebeliones cotidianas que rasgan lo que nos dijeron que debía ser perfecto. Y Rosalía, una vez más, nos invita a mirar, a sentir, a preguntarnos qué es lo bello, qué lo normal, qué lo propio. Y —por qué no— a decidir por nosotras mismas.

Puede que te hayas perdido esta película gratuita