Send Help: Sam Raimi reclama el trono del terror con un grito en mitad del mar

Cuando se revela el tráiler de Send Help —el esperado regreso de Sam Raimi al cine de horror puro—, lo que emerge no es sólo una película más, sino la posibilidad de que Raimi recupere el lugar que nunca debió abandonar: ese trono de autor de culto, de maestro de la serie B intrépida, un artesano capaz de mezclar risa, susto y locura con la misma destreza. Aquí va una reflexión crítica sobre lo que promete esta nueva obra.


El regreso al horror que espera

Han pasado muchos años desde que Raimi dirigiera algo tan visceral como Drag Me to Hell (2009), película que combinaba elementos sobrenaturales, humor negro y energía al borde del delirio. Desde entonces, su cine se ha diversificado —blockbusters, universos compartidos, efectos espectaculares—, pero siempre quedaba ese anhelo por volver a lo primario: al miedo crudo, a la incomodidad, al puro artificio del horror.

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Con Send Help, Raimi parece prometer exactamente eso. Según lo que se sabe hasta ahora: dos compañeros de trabajo sobreviven a un accidente aéreo, acaban varados en una isla desierta, y lo que al principio puede parecer una fábula de supervivencia se convierte en una batalla de voluntades, de poder, de ingenio (y, se insinúa, de tensión oscura y humor retorcido).


Lo que el tráiler y los primeros vistazos sugieren

Ya desde las primeras imágenes y clips promocionales se percibe que Raimi no está volviendo para adaptar fórmulas ajenas, sino para desplegar de nuevo su estilo personal:

  • El contraste resignificado entre lo cotidiano (dos colegas agobiados por resentimientos previos) y lo extraordinario (un choque de avión, la soledad de la isla) crea una tensión que Raimi ha usado antes con maestría.
  • Las dinámicas de poder: la empleada menospreciada que debe revelar habilidades ocultas, el jefe arrogante que pierde el control. Esa inversión de roles suena a homenaje a los grandes terrores morales.
  • El tono de comedia oscura (“darkly comedic psychological thriller”) promete que Raimi no sólo buscará asustar, sino también incomodar con ironía, con grotesco, tal como lo hacía en Evil Dead o Drag Me to Hell.
  • Además, Raimi vuelve acompañado de colaboradores de su pasado más generoso: guionistas con experiencia en terror clásico, fotógrafo de confianza, etc. Eso sugiere que no se trata de un regreso por nostalgia, sino de una reivindicación bien calculada.
Captura-de-pantalla_14-10-2025_185552_www.youtube.com_-1024x452 Send Help: Sam Raimi reclama el trono del terror con un grito en mitad del mar

¿Por qué Send Help puede ser su obra de culto renovada?

Si Raimi logra lo que pareciera estar buscando, Send Help podría marcar varios hitos:

  1. Reafirmar su autoridad en el terror visceral: volver a lo que le dio estatus —risas nerviosas, sobresaltos intensos, atmósferas imposibles— sin concesiones a lo políticamente correcto ni al pulido excesivo.
  2. Revitalizar la serie B contemporánea: en tiempos de franquicias gigantes y cine de efectos digitales desbordados, una película como esta, con premisa relativamente simple pero alto riesgo emocional, puede recordarnos por qué amamos el cine de género con verdad.
  3. Construir algo que perdure más allá de lo inmediato: si Raimi consigue equilibrar susto, humor, crítica de poder, tensión psicológica y violencia simbólica, no será solo un divertimento: podría convertirse en película de referencia para quienes aprecian el terror con alma.
Captura-de-pantalla_14-10-2025_185853_www.youtube.com_-1024x442 Send Help: Sam Raimi reclama el trono del terror con un grito en mitad del mar

Algunas dudas que quedan en el aire

  • ¿Hasta qué punto el guion se atreverá a ir más allá del enfrentamiento físico, del gore, para explorar lo moral, lo psicológico? Raimi ha tenido altibajos en esa línea.
  • ¿Cómo manejará la transformación de los personajes sin caer en clichés de supervivencia? La inversión de roles jefe-empleada, el choque entre orgullo y necesidad, pueden ser terreno pantanoso.
  • ¿Logrará que el público contemporáneo, acostumbrado a efectos rápidos, argumentos extenuantes o terror demasiado pulido, se reconecte con el estilo más sucio, más inmediato de Raimi?

Conclusión

Send Help no es simplemente otro título más en la filmografía de Sam Raimi. Es, al menos en su intención y en lo que promete su tráiler, un retorno al origen: al cine de terror que hiere, que hace reír aunque duela, que desde lo oscuro ilumina también lo absurdo de nuestras relaciones humanas.

Si Raimi logra conjugar vigor, originalidad, susto y risas como antaño, entonces este film podrá ser considerado no solo un buen regreso, sino la confirmación de que su lugar entre los grandes autores del horror nunca fue usurpado: simplemente estaba esperando volver a gritar.

Esperemos que Send Help no solo nos pida auxilio en su título, sino que lo haga con la audacia de los maestros que nunca se resignan.

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