Xbox Dreamcast 2: la consola secreta que casi lo cambia todo

¿Y si te dijera que la verdadera sucesora de la Dreamcast no fue una consola SEGA… sino la mismísima Xbox? Lo que parecía un sueño húmedo de gamers nostálgicos estuvo a punto de hacerse realidad: una alianza explosiva entre Microsoft y SEGA que habría resucitado el legado del erizo azul en la nueva generación. ¿El plan? Que la Xbox original fuese 100% retrocompatible con los juegos de Dreamcast. Sí, como lo oyes: una Xbox Dreamcast 2 que habría volado cabezas en 2001.

La historia es tan real como surrealista. A inicios del milenio, con SEGA tambaleándose en la cuerda floja tras el ocaso de Dreamcast y Sony apretando el puño con su PlayStation 2, el legendario presidente de SEGA, Isao Okawa, decidió mover ficha. Y no fue cualquier movimiento: voló directamente a Seattle para sentarse cara a cara con Bill Gates. Lo que quería no era menos que un milagro: que la flamante Xbox fuese retrocompatible con el catálogo de Dreamcast. No una idea loca, sino una jugada maestra que podría haber cambiado la historia del videojuego.

SEGA ofrecía todo: recursos, tecnología, experiencia y un catálogo de oro. Shenmue, Sonic Adventure, Marvel vs. Capcom 2, Virtua Tennis, Jet Set Radio… ¿Te imaginas arrancar tu Xbox y tener toda esa maravilla al alcance del mando? Pero había un pequeño gran problema: el futuro era online, y Microsoft no estaba lista para ese salto de fe. Okawa insistió en que el acceso a internet debía ser obligatorio, como ya lo era en Dreamcast, pero Redmond no quiso obligar a sus jugadores a conectar su consola en una era en la que el Wi-Fi era casi ciencia ficción.

sonic_adventure_2_battle_original_xbox__2002__by_sonicloud1213_dgmnyx0-pre-729x1024 Xbox Dreamcast 2: la consola secreta que casi lo cambia todo

El trato, como tantos sueños hermosos, se desvaneció. Poco después, SEGA dejó de fabricar consolas y repartió sus joyas entre Sony, Nintendo y la propia Microsoft, en una diáspora de franquicias que nunca volvió a sentirse igual.

Pero… ¿y si hubiera funcionado? Hoy estaríamos hablando de una Xbox Dreamcast 2, un híbrido mítico que habría sido el puente entre dos eras doradas del gaming. SEGA no habría muerto, solo habría cambiado de piel. Quizás hasta hoy seguiría viva, rugiendo con un mando verde translúcido entre las manos.

Y es que Dreamcast fue mucho más que una consola. Fue un grito adelantado a su tiempo. Un susurro del futuro. Y quizás, solo quizás… la Xbox original fue su reencarnación secreta.

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