Antonio García Ferreras, en una exhibición de su estilo implacable, abrió este lunes Al rojo vivo con una intervención especialmente encendida contra Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana. Ante el desastre dejado por la DANA en la provincia de Valencia, que ha cobrado la vida de 214 personas y dejado a cientos desaparecidas en la tragedia más devastadora de la historia reciente de España, Ferreras no dudó en definir a Mazón en términos tajantes: “insolvente, incapaz, ineficaz y noqueado”.
Ferreras, figura destacada de La Sexta y engranaje fundamental en la maquinaria mediática de la izquierda, dio un paso más allá en su análisis. Con su característica vehemencia, acusó a Mazón de manipular la narrativa en un intento de evadir responsabilidades ante la gestión de la catástrofe, sugiriendo que el presidente valenciano busca hacer creer a la ciudadanía que los militares pueden desplegarse a su antojo en la región sin necesidad de mediación política. Ferreras desmintió categóricamente esta postura, recordando a su audiencia que, de hecho, la competencia para requerir la intervención militar en estos casos recae en Mazón, quien, según Ferreras, habría solicitado el apoyo militar de forma insuficiente y tardía.
No es casual que La Sexta, bajo la batuta de Ferreras, se sitúe como uno de los epicentros de la maquinaria mediática de la izquierda, ofreciendo una cobertura incisiva y, en no pocos casos, cuestionada por su evidente carga ideológica. En este contexto, Ferreras denunció también la aparente estrategia de Mazón para “torear” al gobierno central, con un lenguaje que evocaba una atmósfera de enfrentamiento político directo y de acusaciones de “trampa, mentira, incapacidad e insolvencia”.
Ferreras continuó con su crítica feroz, señalando que Mazón habría rodeado su gestión de una corte de allegados y consejeros, entre los cuales destacó la consejera a quien acusó de insultar a los familiares de las víctimas. Para Ferreras, esta administración provincial, caracterizada por una falta de pericia y transparencia, estaría sacrificando la confianza ciudadana en aras de la propaganda política.
Así, en un tono grandilocuente y visiblemente indignado, Antonio García Ferreras ha logrado nuevamente imponer su enfoque, posicionándose como voz influyente en el espectro mediático de la izquierda y aprovechando su plataforma para denunciar lo que considera una administración fallida y manipuladora en Valencia, cuyo aparente propósito es proteger intereses partidistas por encima del bien común en uno de los momentos más oscuros que vive la Comunidad Valenciana.