Trump anuncia una pausa de tres meses en los ‘megaaranceles’ y los deja en el 10% salvo para China: Pekín se lleva un 125%
Giro de guion en la guerra arancelaria. Donald Trump sí que ha cedido en su guerra arancelaria, resucitando a los mercados, que se disparan hasta un 8%. El presidente ha anunciado que dejará en el 10% los aranceles para todo el mundo durante tres meses, salvo para China. Pekín, con quien ha decidido centrar la batalla comercial, se llevará uno del 125% por su «falta de respeto».
En su mensaje en su red social Truth, Trump da como excusa el hecho de que «más de 75 países» habían solicitado negociar con EEUU, y que ningún país salvo China «ha contraatacado de ninguna forma o manera» (ignorando los aranceles aprobados por la UE hoy mismo). Por ello, ha dado una moratoria de 90 días a los aranceles ‘recíprocos’, manteniendo solo los aranceles del 10% que entraron en vigor el pasado sábado.
Trump se ha visto obligado a ceder ante la sangría en los mercados y la presión de sus aliados y su propio Gobierno. Ayer mismo, empresarios como Elon Musk o Bill Ackman, CEO del fondo de cobertura Pershing Square, habían pedido una pausa en los aranceles para negociar una retirada bilateral total de las tasas. El hecho de que haya aceptado parar tras días negándose a hacerlo es una señal de que, pese a su histórico amor por los aranceles, Trump sí es consciente del daño que suponen para la economía.
Se abre una nueva fase
La decisión de Trump encaja con el escenario que había dibujado previamente Scott Bessent este miércoles, en la Asociación de Banqueros Americanos, en Washington. El secretario del Tesoro había abierto la puerta a llegar a un acuerdo con sus aliados, para después enfocarse en presionar a China en grupo. «Probablemente llegaremos a un acuerdo con nuestros aliados. Han sido buenos aliados militares, aunque no lo hayan sido en el frente económico. Después, podremos llevar a cabo un acercamiento conjunto hacia China», ha señalado Bessent.
Ahora, si se cumple este último pronóstico de Bessent, es posible que el bloque aliado de Estados Unidos se acerque a China para tratar de convencerla de que se siente en la mesa de negociación. De hecho, Bessent ha declarado que «es desafortunado que China no haya querido sentarse a negociar, porque son los mayores infractores en el sistema de comercio internacional», ha señalado.
Una de las prácticas de las que el secretario de Comercio acusa al país asiático es la de devaluar su divisa, algo que ya generó conflicto hace una década, con las devaluaciones competitivas que el país llevó a cabo. Ahora, China está volviendo a insistir en esa práctica, con cinco devaluaciones consecutivas en los últimos días, que han llevado a la cotización del yuan a caer hasta el nivel más bajo que se ha visto desde que se creó este mercado en el año 2010.
Bessent ahora amenaza a China con represalias por este movimiento, y tiene claro que el resto del mundo acompañará a Estados Unidos en esas presiones al gigante asiático: «Lo que no deben hacer es tratar de salir al paso devaluando», e insiste en que «cualquier campaña de devaluación va a hacer que el resto del mundo incremente sus aranceles a China para compensar el impacto de la devaluación». Lo que está claro es que la guerra comercial de Trump acaba de entrar en una nueva fase.
Aun así, Bessent ha advertido de que Trump no ha acabado con su obsesión arancelaria, y que sigue sobre la mesa una nueva ronda de tasas sectoriales, esta vez a los productos farmacéuticos y a la madera canadiense.
¿Y qué pasará después?
La gran duda sigue siendo cuáles serán las demandas de Trump en esas hipotéticas negociaciones que se abren ahora, ya que su exigencia de cerrar los déficits comerciales sigue siendo imposible y económicamente dañina. Además, la decisión mantiene la incertidumbre de qué hará cuando pasen los tres meses y Trump tenga que decidir si mantiene la pausa o impone los aranceles de verdad. Una incertidumbre que seguirá pesando sobre los mercados hasta tener una decisión clara.
Además, un hecho es cierto: los aranceles del 10% a todo el mundo siguen vigentes, lo que pesará sobre la economía mundial y de EEUU, y la guerra comercial con China ha pasado a un nuevo nivel. El mundo sigue siendo mucho más inestable que ayer, pero al menos es un poco menos que esta mañana.