Laura Moray desnuda (Olympo): «Es un regalo que haya algo que te apasione y te atrevas a vivirlo»

Laura Moray (Olympo): «Es un regalo que haya algo que te apasione y te atrevas a vivirlo»

Dedicar toda tu vida, las 24 horas del día, a sacrificarte por tu deporte. Mejor dicho, por tu pasión. Este ha sido el mantra más importante que Laura Moray ha tenido que creer a ciegas para encarnar el papel de una ciclista de alto nivel. La actriz da vida a Jennifer, una de las deportistas del centro de alto rendimiento que luchan por llegar a la cima o, concretamente, al ‘Olympo’.

Justo ese es el nombre de una de las series de moda del verano. ¿Por qué está enganchando a tanta gente la trama? Porque se expone el sacrificio, las presiones y hasta los peligros de la rutina de los atletas que aspiran a la gloria. Cueste lo que cueste. Y la actriz se ha dado cuenta de que los límites que creemos lógicos no lo son tanto en el deporte.

¿Cómo ha sido la experiencia de entrar en la piel de una deportista de alto nivel?Ha sido un regalo para todos poder representar algo así, al igual que la formación previa y los entrenamientos. No hemos sido deportistas profesionales, pero hemos jugado a serlo un poco. Empezamos a entrenar duro antes de empezar a rodar, con unos objetivos físicos y nos medían los resultados cada dos semanas.

Cada uno hemos tenido dietas especiales según cada personaje y deporte. Yo ya entrenaba bastante de forma muy disciplinada en el gimnasio, no ciclismo, así que he disfrutado mucho de la experiencia. Siempre he estado un poco obsesionada con este deporte antes de la serie, así que he sentido como que atraje el papel a mí, como que se lo pedí al universo.

Siempre se dice que el ciclismo es uno de los deportes más sacrificados y duros que hay…Montar en bici ha sido duro, pero me parece de los deportes más bonitos que hay. También de los más sacrificados; tienen todos mis respetos los ciclistas. No me quiero ni imaginar, de verdad, por mucho que haya interpretado a una, lo que es la vida de los ciclistas profesionales. Me parece una locura. Entonces, poder vivir un mínimo porcentaje de eso, ha sido un sueño.

Habrás podido vivir de primera mano alguna anécdota con deportistas reales en el centro de alto rendimiento…Pues sí, justo en la piscina en la que no tenía escenas pero tuve que ir para una prueba. Vi salir a unas niñas y todas iban hablando felices de sus entrenamientos, ejercicios rutinas… Y me encantó porque me puse a pensar: «¿Cómo es la vida real de estas niñas?» Que yo a su edad estaba comiendo pipas en el parque. Y ellas están ya con toda esa pasión y dedicación. Yo las admiro muchísimo y se me pusieron los pelos de punta viendo a niñas con tanto sacrificio físico, pero también a nivel mental con esa disciplina.

Una vez que te has metido en el cuerpo y en la mente de Jennifer, ¿entiendes los métodos que utiliza para aguantar ese agotamiento del ciclismo?Nunca lo justificaría, pero es verdad que, tratando de hacer un ejercicio de empatía y de comprensión que intento hacer siempre con los personajes sin juzgar, sí que he llegado a entender perfectamente el porqué de esta persona y de las que llegan a ese punto. De necesitar como dice ella ‘truquitos’ para poder rendir, porque para ella su pilar en la vida es el deporte. Y, si de repente no rindes igual, ves que no alcanzas tus metas y que estás fracasando de alguna manera, pues ella intenta conseguirlo como puede y entra en frustración e ira.


¿Hasta dónde llega el peso de las expectativas que el resto del mundo te pone desde el inicio?Creo que eso es muy doloroso y es algo que viven tanto muchos deportistas como en muchísimos oficios. El hecho de tener que cumplir esas expectativas, cuando a veces ni tú las quieres, incluso a veces te hace retroceder, ¿no? Te presionas y machacas tanto por intentar cumplir con el deseo ajeno, que al final te acaba pesando hasta hacer lo que sea por conseguirlo. Y yo creo que con Jennifer se ve claro cuando se permite ser vulnerable y aflojar un poco y se puede vislumbrar que lo que tiene dentro es un dolor y una frustración tremendas.

Desde tu primer pensamiento por la mañana hasta el último de la noche durante toda tu vida es sobre el deporte y, que de golpe, te lo quiten o se acabe o no salga como esperas, que la gente ponga unas expectativas y no se estén cumpliendo… es durísimo.

¿Cómo crees que afecta en ese punto la autoexigencia y la competitividad con tus propias compañeras de entrenamiento?Es muy fuerte eso, porque no solo compites con tu país contra otros, sino que diariamente estás compitiendo contra tus propias compañeras. Y las comparaciones son demasiado duras. Y te preguntas: «¿hasta dónde estás dispuesto a llegar? Ahí entra en la ética de cada uno lo que es lícito o no y yo como Laura tengo mi opinión al respecto de eso. Pero, al no ser deportista profesional, pues no sé exactamente cuál sería mi límite…

También es cierto que creo que hay un punto en el que pierdes un poco la cordura por la pasión y el amor que le tienes a tu profesión, al deporte. No me quiero ni imaginar también el estrés que supone para la cabeza tener que estar todo el rato viendo como enemigas a tus propias compañeras.

Es un regalo que haya algo que te apasione y te atrevas a vivirlo.
¿Ocurre parecido en el mundo del arte y la actuación?No es la misma situación, pero a veces siento que sí que pasa. Yo no he visto nunca a nadie que se pise ni nada, pero, al final, estás luchando por un proyecto y a lo mejor el día de mañana estás haciendo un casting con tu mejor amiga por el mismo papel. Por suerte soy muy leal en este aspecto y lo vivo de una manera muy sana porque creo que el papel también te elige a ti y hay muchas decisiones ajenas al actor.

Después de tantas horas de rodaje, ¿habéis formado amistades y una especie de familia entre todos los actores de la serie?Hemos creado una auténtica familia y creo que en la pantalla se ve un grupo de personas que tienen una energía y complicidad increíble. También ha ocurrido por ejemplo que mi personaje con el de Amaia se odian y yo amo a Clara Galle. Lo bonito ha sido que hemos conectado en la vida más allá del rodaje. Ten en cuenta que hemos pasado un montón de tiempo juntos. Han sido meses compartiendo muchísimo los unos con los otros. No solamente de grabación, sino de ensayos, entrenamientos, viajes, escapadas, tiempo libre… Llegó un momento del año pasado que ‘Olympo’ era mi familia.


¿Cómo habéis recibido tanto amor y apoyo por la serie? ¿Os lo esperabais?La verdad es que está siendo un regalo. Cada vez que alguien me comenta algo de la serie me felicitan por mi personaje y eso es algo que no me esperaba porque pensaba que Jennifer caería mal y no la entenderían en el fondo. Todavía me quedo impactada porque es el primer proyecto internacional que hago. Me hace muy feliz haber invertido tanto en un trabajo, en un personaje y que el amor sea devuelto. Te puedes imaginar que es todo lo que se puede pedir como actriz. Cuando tú inviertes toda tu energía, tu pasión, tus horas, durante tanto tiempo y luego te felicitan por tu dedicación… Aunque nosotros no lo hacemos por los aplausos, cuando te reconocen un trabajo bien hecho, pues siempre da gusto, ¿no?

¿Crees que la gente se ha sentido identificada con la vida de los personajes, de esos deportistas que lo dan todo por su verdadera pasión?Es increíble que se haya sentido tanto con una historia que habla de deportistas, pero que, realmente, puede ser algo universal y trasladarse a cualquier trabajo. Creo que a la gente le interesa mucho no solo empatizar con su vida, sino también adentrarse en un mundo desconocido como son los deportistas de élite. Todo el equipo de ‘Olympo’ ha conseguido abrir una ventanita a ellos y es por eso que la gente se ha podido enganchar tanto.

¿Qué es la vida si no hay un poco de pasión por vivirla?Totalmente. Creo que la gente que tiene una pasión en la vida y una vocación, ya ha ganado. Hay muchas personas que se pasan la vida sin saber exactamente lo que les gusta, sin tener nada que les motive. Por eso es un regalo que incluso la gente joven sea consciente de cuál es su pasión y que aprenda luchar ella. En el caso de los deportistas, no han sacrificado parte de su vida. Es un regalo que haya algo que te apasione y te atrevas a vivirlo.

Da igual a dónde llegues, tengas más o menos éxito: solo importa ir a por todo. Eso ya es ganar, es un privilegio y una fortuna. Amar algo con todo tu corazón y levantarte por la mañana pensando en eso… Lo normalizamos y, en realidad, no hay mucha gente a la que le pase. Y es muy bonito. Y solo las personas que amamos profundamente sabemos lo que se siente. Por eso, todos mis respetos y admiración para los deportistas.

Puede que te hayas perdido esta película gratuita